9 intentos por ordenar mis finanzas (sin parar nunca)… hasta que el cuerpo me frenó

¿Cuántas veces más vas a exigirte sin parar antes de mirar tus números? ¿Y si el orden que buscás empieza por vos?

Durante años creí que la libertad financiera iba a llegar con el próximo intento. Que si trabajaba más, aprendía más, emprendía más… iba a resolver mi caos.

Probé de todo. Hice 9 intentos distintos. Y aunque todos me dejaron algo, ninguno me trajo lo que realmente necesitaba: orden, estabilidad y paz.

Este no es un artículo de «fracasa y triunfarás». Es un relato honesto de cómo el desorden, la autoexigencia y la necesidad constante de «hacer más» me llevaron a enfermarme. Y cómo ordenar mis finanzas fue el punto de inflexión que me cambió la vida.

Porque no fue solo una mejora en mis números. Fue una transformación profunda, personal y sostenida.

1.⁠ ⁠Trabajé en relación de dependencia por más de 15 años. Una etapa intensa, llena de aprendizajes y crecimiento profesional. Pero también llena de estrés, viajes constantes y un ritmo insostenible. Aunque ganaba bien, sentía que la vida me pasaba por encima.

2.⁠ ⁠Hice terapia y cambios de hábitos, pero no miraba mi dinero. Cambié mi alimentación, empecé yoga, dejé el alcohol. Pero no me animaba a mirar mis cuentas. Vivía con ansiedad y evitación financiera.

3.⁠ ⁠Me fui a vivir a otro país, buscando una vida más liviana. Creí que mudándome todo sería más fácil. Pero el desorden me siguió. Porque el problema no era el lugar: era la falta de estructura interna.

4.⁠ ⁠Probé emprender, pero sin planificación. Desde mentorías hasta colaboraciones. Todo desde la intuición, sin estrategia ni modelo de negocio. Me desgastaba, no lo disfrutaba, y no generaba ingresos reales.

5.⁠ ⁠Tomé formaciones de finanzas, pero sin acción. Consumía contenido sin parar. Sabía mucho en teoría, pero no sabía cómo aplicarlo a mi vida real. Me faltaba bajarlo a tierra.

6.⁠ ⁠Probé planillas, apps y cuadernos. Intentaba organizarme, pero no entendía para qué. No tenía metas claras. Sentía que lo hacía «porque hay que hacerlo», no desde un lugar de poder.

7.⁠ ⁠Volví a trabajar en relación de dependencia. Buscando seguridad, volví a lo conocido. Pero me sentía atrapada. No estaba eligiendo, estaba sobreviviendo.

8.⁠ ⁠Mi cuerpo me frenó. Me enfermé. Literalmente. Un situación laboral dejó sin empleo.  El estrés, la presión, el desorden… todo me pasó factura. Me diagnosticaron esclerosis sistémica, una enfermedad autoinmune para la cual, según los médicos, tendría que tomar medicación de por vida.

Ese diagnóstico me hizo repensar todo. Empecé a buscar otra forma de vivir: me mudé cerca del mar, donde pudiera cuidar mi cuerpo del calor extremo, trabajar remoto, y alejarme de la oficina para siempre. Y ahí, por primera vez, paré de verdad.

9.⁠ ⁠Ordené mis finanzas… y todo cambió. Por primera vez, me animé a mirar mis números con claridad. Armé mi Fondo de Tranquilidad. Organicé mis ingresos y mis gastos. Y lo más importante: recuperé energía, dirección y libertad.

Hace 2 años, después de todo eso, nació Finanzas Nómadas. Y con él, un método que no solo funciona para ordenar las finanzas… también sostiene tu energía, tu salud y tu forma de vivir.

Porque no es solo dinero. Es cómo la gestionás. Es cómo te tratás en el camino.

Ordenar mis finanzas no fue solo entender mis números. Fue volver a mí. Fue recuperar salud, energía y propósito. Y eso, de verdad, me cambió la vida.

¿Qué te quiero dejar con esto?

Que no necesitás un emprendimiento perfecto, ni más títulos, ni más fuerza de voluntad. Necesitás claridad. Un plan que te sostenga.Y darte el permiso de parar a tiempo.

Si estás en ese lugar de cansancio, desorden o incertidumbre… quiero que sepas que no estás solo o sola. 

Si querés que te acompañe a ordenar tus finanzas con un método que respeta tus tiempos, tu salud y tu historia, podés agendar una llamada conmigo.

📅 Reservá tu espacio abajo.

Cariños 

Gabi